Nostalgia

TÚ ERES EN QUIEN YO PIENSO.

TU ERES EN QUIEN YO PIENSO.

Decías que para encontrarte debía de perderme, pero eso trato, y quizá no de extraviarme, sino de encontrarme contigo. Porque ya no confío en mis sentidos cuando de ti se trata. Tú eres ese fantasma que siempre viene a mi encuentro y sin darme cuenta, te hablo. Tú eres en quien yo pienso, y te pienso como en mis inicios, cuando no tenía una mano quien sostuviera mis miedos, cuando no tenía un lugar secreto en donde enterrar lo que me dolía, aun cuando fuese parte del pasado.

Me acompañaste y me diste de esa valía como un amigo imaginario, y me fui acostumbrando a ti, me fui quedando en la soledad, pero era una soledad donde en mis adentros te hablaba y hasta contigo me reía, y las noches vacías se llenaban de nada, de esa nada que se sentía extraña, borrosa, lenta.

Y fui envejeciendo, fui cambiando, te fui extrañando, porque ya no estabas. Porque ya no habitabas del lado en que mi alma se acostumbró tanto a ti y nuevamente solo me vi, como quien le habla a la luna, como quien conversa ante la mirada sin respuesta de un gato que por más quiera, no dice nada.

Y te busque en todos lados. Hubiese querido perderme más contigo, soñar más contigo ir a todos los lugares y que pudiera también hacerte falta, pero a menos que me lo digas no sabré si también me extrañas, no sé si antes de dormir te inquietan las mismas preguntas que a mí. No sé dónde estarás y si te digo la verdad, tampoco quiero saberlo. Encuentro una belleza sórdida en pretender escribirle a quien ignoro si abre sus ojos para leerme. Pretendo encontrar un nido en cuyo corazón sabrá Dios si hay espacio para mí.

Pero lejos de quedarme en la penumbra de mis pensamientos, le he dicho al viento que siempre hablaré de ti. De las cosas que en lo poco viví a tu lado, en los años imaginados en que el mundo me era cruel. Y llegaste tú equilibrando mis desvaríos, en que creo que estoy contigo cuando en la realidad a veces creo que eres tú. Quien me imaginas a mí.