Nostalgia

NO DEJO DE PENSARTE.

dejo retroceder tiempo pensarte

No dejo de retroceder en el tiempo, ni de pensarte, como si mi memoria fuera un viejo proyector reproduciendo una película que ya sé de memoria pero que nunca me canso de ver. Me detengo justo en esos instantes que ahora lo son todo; cuando me abrazabas con esa calidez que sólo una madre puede tener, cuando te veía distraída, haciendo tus cosas, ocupada con lo cotidiano, pero siempre presente. Siempre tú.

Daba por sentado que siempre estarías ahí. Creí, con la certeza simple de un niño, que tu presencia era algo eterno, inmutable. Pensé que así como me despertabas y vestías de pequeño, también estarías ahí para cuidarme en mis años de vejez. Que me guiarías hasta el final, como si la vida tuviera ese contrato invisible que asegura que las madres, nunca se van.

Pero no fue así.
La realidad, cruel en su forma, me demostró que nada es eterno, y que aquellos que más amamos también son efímeros.

Porque desde que te fuiste, algo dentro de mí se quebró y aunque aprendo a vivir con ello, tu ausencia pesa más con cada día que pasa y no importa cuánto tiempo transcurra, no importa cuántas veces intente llenar el vacío; siempre te extraño, mamá.

Todos los días y en cada despertar, en cada silencio, en cada recuerdo que me asalta sin previo aviso, estás ahí, pero a la vez no estás y esa incoherencia es la que me acompaña, esa extraña mezcla de amor y melancolía que me dice que fuiste, que eres, y que siempre serás el sentimiento más profundo que llevare guardado en mi alma.